frases célebres

martes, 13 de abril de 2010

Dos violaciones y un asesinato. ¿Es malo el hombre por naturaleza?


El hombre es maleable y a veces caprichoso y pueril. Valoramos tan poco la vida, que no pensamos dos veces antes de sesgar el aliento a otro. La vida del otro vale tanto como una mirada, un pico, un gramo de cocaína o un no rotundo a los más incoherentes caprichos . Fue lo que le ocurrió a Marta del Castillo, una joven sevillana de diecisiete años que tuvo la mala fortuna de enamorarse de un asesino. Un adolescente que juega a ser Dios... un Dios que, enervado, se metamorfosea en el mismísimo Belcebú; tomando como significado el mismo que le daban los cristianos.

El veinticuatro de enero del pasado año Marta sale de casa de sus padres, según Don Francisco de Asís Molina en su auto de apertura de juicio oral, junto con Miguel Carcaño aludiendo que sería para terminar unos asuntos. Eran las cinco y media de la tarde, cuando Marta y Miguel fueron a entregar unos apuntes a una amiga. Acto seguido se fueron a la barriada Santa María de Ordas, donde quedaron con el Cuco para verse más tarde en el piso de León XIII, en triana. Fue a las ocho y cinco cuando llegaron a la vivienda donde habían quedado. Allí estaba Javier Delgado, pero se marchó y al poco tiempo llegó el Cuco. Se dispusieron a beber varios combinados de ron y algunos cigarrillos de hachís. Marta estaba sentada en el sofá, junto con Miguel y el menor. Miguel, queriendo alardear de novia, le intenta dar un beso. Ella aparta la cara rechazándolo, a lo que recibe el primer puñetazo en la cara, seguido por varios golpes y agresiones. Las agresiones son impuestas tanto por Miguel como por el Cuco. Cuando ya han debilitado a Marta, la conducen a la habitación de Miguel, donde la tumbaron a la fuerza en la cama y fue violada por los dos jóvenes amenazándola con una navaja. Tras el execrable acto de violencia, la ataron a la espalda y la asfixiaron con un "cable eléctrico". Para cerciorarse de su muerte, utilizaron un tensiómetro de muñeca, afirmándose de esta forma la sangre fría y la alevosía de los pérfidos adolescentes.

Marta del Castillo, joven normal y corriente, miembro de una familia normal y corriente, pierde la vida de esta forma tan injusta y terrible. Han pedido hasta cincuenta y tres años de cárcel, de los que cumpliría treinta, pero su abogada exige tres años por homicidio involuntario.

¿Homicidio involuntario? ¿Involuntaria la traca de golpes que recibió por negar un beso? ¿Involuntaria las violaciones que tuvo que sufrir por su antiguo novio y por un amigo de éste? ¿Involuntario el echo de cerciorarse de su muerte a través de un tensiómetro?
Obviamente nada fue involuntario, pero ¿Cuánto tiempo estará en la cárcel? ¿Es efectiva la privación de libertad para la reinserción social? ¿El ser humano es malo por naturaleza?

Mañana hablaremos de eso.

1 comentario:

Unknown dijo...

En los casos como este (que son muchos) vemos como funciona la justicia en nuestro país, porque aparte de que la condena que, supuestamente, tendrán, tendremos que ver en cuanto se queda por buena conducta y demás. La cosa tiene gracia, BUENA CONDUCTA, después de hacer lo que han echo y de reirse de la ley todo lo que han querido diciendo hoy que está el cuerpo en el río Guadalquivir y mañana que está en una zanja.
Nunca estuve de acuerdo con la silla eléctrica, la inyección letal, etc..., pero ¿cuantas veces se nos ha pasado por la cabeza que esa, sería casi la única solución a estos asesinatos tan brutales?
Estas familias que dejan sin hijas porque las violan y matan son familias destrozadas para el resto de sus días mientras que estos cabrones cuando cumplan sus PEQUEÑAS condenas seguirán viviendo tan felices como antes y quien sabe si no lo volverán hacer con otra pobre chica que solo sale a divertirse un rato y termina... Dios sabe como.
¡VIVA LA JUSTICIA!